Photo by MARY CELINE HARTWIG
carlos PATIÑO pereda
HABITACIÓN 217 / 231
I have seen the writing on the wall.
Don’t think I need anything at all.
No! Don’t think I’ll need anything at all.
All in all it was all just bricks in the wall.
All in all you were all just bricks in the wall.
Another brick in the wall, Pink Floyd
En Iowa cambié la vista por el silencio. Shenaz Patel odiaba su habitación del IHH, sin paisajes, y yo la mía con ruidos del comedor. Intercambiamos lugares. Yo, feliz en una cueva muda frente a un muro de ladrillos, y ella agradecida con su vista al lago y el campus.
Al principio me llamaban al teléfono de su (mi) habitación «—¿Shenaz?— », y trancaban. Luego, noté que mi cuarto era cada vez más oscuro y desolado. «Es el otoño», pensé.
Frente su puerta comenzaron a aparecer flores, mermeladas exóticas y vegetales frescos. Detrás de la mía se pudre la comida.
La pared frente a mi ventana es roja, sorda, silente. Suena el teléfono (único ruido). Una joven al otro lado de la línea insiste en hablar conmigo. Me llama «madre». Salgo de prisa a mi panel en una biblioteca ficticia, imposible. Atravieso el downtown artificial de la ciudad artificial, y Shenaz está en mi silla. «No voy a quitarte el puesto», me dice. El moderador me presenta como periodista, guionista, novelista y escritor/traductor en idioma francés (y mauritian créole). Debe haber un error, yo no soy tan prolífico.
Me encierro y decido no salir más. Le escribo una carta definitiva a Chris Merrill: «Necesito cambiar de cuarto». Me responde de inmediato (y puedo escuchar su voz ronca y susurrante mientras leo):
«Tranquilo, en tres semanas sale tu avión a Mauritius».
Iowa City, Octubre 2016.